Los resultados de las elecciones en Castilla y León han demostrado que el PP de Aznar ya no es un partido, ahora es una coalición de gobierno con la extrema derecha en la vicepresidencia. El PP de Moreno Bonilla ya no es el centro político en Andalucía, porque a base de gobernar toda la legislatura aceptando el chantaje de VOX para seguir en San Telmo, sólo ha engordado a la extrema derecha sin la que ahora no podría gobernar.
Hoy, un votante de centro en Castilla y León sabe que su voto servirá para poner a VOX en la vicepresidencia de la comunidad. Moreno Bonilla debe decirle a las y los andaluces si está dispuesto a sentar a VOX en la mesa del Consejo de Gobierno de la Junta. Si no lo niega, los votantes de centro sólo podrán confiar en el PSOE para evitar la involución social, económica y democrática en Andalucía.
El PP ha demostrado además en Andalucía su incapacidad de gobernar para estar a la altura de este nuevo tiempo de recuperación tras la pandemia. Incapaz de dialogar y acordar un presupuesto, incapaz de dialogar y acordar con los agentes sociales y económicos la mejora de los servicios públicos básicos como sanidad, educación o dependencia. Incapaz de gestionar los recursos económicos que le da el Gobierno de España y de planificar y proyectar los fondos europeos.
Un gobierno que retrocede en igualdad de oportunidades y margina a la mujer y que no piensa invertir en la sanidad o en la educación pública o en el cuidado de nuestros mayores, sino que prefiere apoyar las privatizaciones para beneficio de unos pocos. Andalucía no es Castilla y León y la España vaciada. Aquí es la Andalucía desencantada o frustrada por la ausencia aún de infraestructuras clave para su desarrollo económico, dado el retraso del que partíamos.
En Andalucía toda la inversión hecha en la democracia en sanidad y educación en nuestros pueblos puede venirse abajo con esa coalición de extrema derecha en la que el PP no va a seguir invirtiendo en servicios públicos o en equilibrio territorial. Con una coalición de gobierno de extrema derecha no se acortarán las distancias ni se crearán más oportunidades para los que menos tienen en el territorio, sino que aumentará la confrontación, la discordia o la brecha social y se concentrará la riqueza en menos manos.
Es el momento de estar cerca de la gente en nuestros pueblos y en los barrios de nuestras ciudades. Hacer mucha pedagogía sobre lo que viene y que tenemos una oportunidad para no resignarnos. En las próximas elecciones autonómicas, votar PSOE será votar por la Andalucía que soñamos y queremos.